Encontrar el espacio propicio, planificación del tiempo, pequeños descansos y crear apuntes propios, sencillos pasos para que tus horas de estudio sean rentables.

¿Sientes que todas las horas que pasas delante de los apuntes no te cunden y que tu mente divaga sin rumbo fijo a la hora de consolidar conceptos? →  Keep calm y presta atención a estas técnicas que te presentamos para mantener la concentración.

Actitud positiva

La actitud con la que te enfrentas al estudio juega un papel decisivo a la hora de conseguir el rendimiento esperado. Evitar pensamientos del tipo “qué pereza”, “no tengo ganas”, “no me da tiempo” y sustituirlos por otros como “ya lo he hecho antes y salió bien”, “voy a aprobar” o “no es tan difícil”,  te ayudarán a la hora de sentarte y comenzar con el ritual de estudio.

Encuentra tu espacio

Busca un lugar apropiado para estudiar y concentrarte. Para encontrar tu espacio, lo más aconsejable es escoger distintos lugares propicios para el estudio, ya sea en tu casa o en una biblioteca, y comprobar tu rendimiento, anotando cuánto tiempo lograste estudiar, cuántas y qué tipo de interrupciones tuviste en cada sitio y dónde estuviste más cómodo.

Planificación

Una de las técnicas de estudio más efectivas consiste en organizar el estudio; gestionar bien el tiempo. Lo ideal es que organices y  establezcas, siendo realista, un calendario o una planilla con las horas que vas a dedicar diariamente a estudiar,  ten en cuenta tus objetivos y el tiempo del que dispones.

Diseño, organización y gestión integral de exposiciones 

Descansos y recompensas

Para evitar que después de un largo periodo estudiando el grado de concentración empiece a disminuir haz descansos de 15 minutos cada hora. Está demostrado que se es más productivo cuando no se está agotado. Programar los descansos y la actividad que vas a realizar durante esos 15 minutos después de estudiar te servirá como recompensa para el esfuerzo realizado.

Crea tus propios apuntes

Subraya con colores las palabras clave y los datos más relevantes para elaborar resúmenes. Cuando llegues al examen, te será mucho más fácil recordar tus propios apuntes y focalizar las palabras claves y términos que subrayaste. También puedes utilizar mapas mentales para organizar tus ideas.