Sociedades de Capital Riesgo como opción de financiación

A la hora de poner en marcha un proyecto hay diversas vías de financiación, un opción es acudir a estas Sociedades de Capital Riesgo (SCR). Analizamos sus características.

Cuando se desea iniciar un proyecto empresarial, la mayoría de los promotores necesitan financiación. Habitualmente en los estadios iniciales de un proyecto lo normal es acudir a las fuentes cercanas, estas se conocen como las 3F, que deriva de los términos anglosajones: Familyº (familia), Friends (amigos) y Fools (incautos-tontos). Pero en muchas ocasiones, las aportaciones financieras de estos no es suficiente y los emprendedores tienen que recurrir a otras alternativas como las entidades bancarias o inversores.

En la actualidad las startups se caracterizan por necesitar mucha financiación y, como en muchas ocasiones habréis escuchado en los diversos medios de comunicación, estas suelen acudir a las rondas de financiación, en ellas aparecen las figura que hoy analizamos, las Sociedades de Capital Riesgo, pero ¿qué les ofrecen? Lo que se conoce como Venture Capital”, que es el capital que aportan inversores en empresas en fase inicial o de desarrollo temprano.

Las Sociedades de Capital Riesgo son entidades especializadas en aportar recursos financieros durante un espacio de tiempo definido a cambio de participar en la empresa en minoría. Pero tened en cuenta que no participan en cualquier sociedad sino solo en aquellas que tenga un alto potencial de crecimiento. Además, al formar parte de la empresa, estas Sociedades aportan asesoramiento, credibilidad frente a terceros y experiencia.

Técnico superior en Banca y Finanzas

Su financiación es temporal y espera una rentabilidad, como dependerá de la naturaleza de la SCR, se caracteriza porque una vez pasado el plazo prefijado o cuando la empresa ha alcanzado el valor esperado estas Sociedades se retiran en la condiciones negociadas inicialmente, es decir, desinvierten. Su salida puede ser: por la recompra de la participación por parte de los promotores, se puede vender a otra entidad de capital privado, vender a un inversor estratégico o si la empresa alcanzó un tamaño considerable vender las acciones en mercados organizados.

A la hora de acceder a este alternativa de financiación se debe tener en cuenta tanto las ventajas como los inconvenientes. Por un lado las ventajas son:

  • Son una fuente alternativa de financiación y a veces la única.
  • Experiencia de manejo de startup por parte de las SCR.
  • Mayor crecimiento de la empresa

Y como inconvenientes son:

  • Pérdida de libertad de actuación en la estrategia de la empresa por parte de los promotores.
  • En ocasiones, la salida supone un mayor coste del que habría supuesto acceder a la financiación bancaria.
  • Perdida de visión y Know-how del proyecto en pro a la obtención de rentabilidad.

Además, debéis saber que existen dos tipos de Sociedades de Capital Riesgo, las privadas y las públicas, cuyos objetivos son distintos: económico en el caso de privadas y contribuir a la creación de tejido industrial o empresarial si es pública.

En España, las entidades de capital riesgo están reguladas por la Ley 22/2014, de 12 de noviembre, por la que se regulan las entidades de capital-riesgo, otras entidades de inversión colectiva de tipo cerrado y las sociedades gestoras de entidades de inversión colectiva de tipo cerrado, y por la que se modifica la Ley 35/2003, de 4 de noviembre, de Instituciones de Inversión Colectiva.” Estas Sociedades de Capital Riesgos están inscritas en la Comisión Nacional del Mercado de Valores.

Su labor es muy importante dentro de la economía de nuestro país, así lo revelan los datos publicados por la Asociación de Española de Capital, Crecimiento e Inversión, en el informe ASCRI 2016 “Venture Capital & Private Equity en España”, según sus datos el año 2015 se caracterizó por ser “un año Record de financiación para las startups españolas (200 inversores participaron en 1.527 operaciones), que recibieron un total de €659,4M, un 83% más que en 2014 (€359,9M). “

Fuentes: